>> “Nos asiste la razón”: Dip. Monreal
>> “Aquí el único que ha soltado a un criminal confeso, a Ovidio Guzmán, se llama Andrés Manuel López Obrador”: Dip. Martínez Cázares
>> “Una venganza del presidente López Obrador contra un Poder Judicial que no se dobló ni se agachó”: Dip. Rubio
De nada valieron los reclamos de la oposición sobre la legalidad de la asamblea, las faltas de condiciones para tener la certeza de quienes estaban votando, ya que con 359 votos en favor y 135 en contra se aprobó en lo general la reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF).
Ni las protestas de trabajadores del Poder Judicial, de los estudiantes que se trasladaron a la sala de Armas de la Magdalena Mixhuca, los legisladores de mayoría se atrincheraron y en medio del ir y venir de trabajadores que colocaban sillas y bocinas para habilitar con premura el inmueble lo mejor posible para los diputados presentes –372, según la declaratoria inicial de quórum-, haciendo caso omiso de la existencia de dos órdenes de suspensión emitidas por jueces de distrito, la aplanadora de la 4T llevaron a cabo la discusión del proyecto.
Previo a la votación los panistas le exigieron a la Mesa Directiva, coordinada por Sergio Gutiérrez Luna, que se diera cuenta de la existencia de los mencionados amparos, para dejar constancia del sentido de la orden de los jueces.
En un debate que por momentos subió de tono, el panista Germán Martínez Cázares presentó una moción suspensiva del dictamen (finalmente rechazada) en la cual argumentó que no todos los jueces sean corruptos, y señaló en defensa de los juzgadores, que “aquí el único que ha soltado a un criminal confeso, a Ovidio Guzmán, se llama Andrés Manuel López Obrador”.
Durante el posicionamiento en contra de la reforma, la diputada panista, Paulina Rubio subrayó –rodeada de sus compañeros, y en medio de gritos de “¡resistencia, resistencia!”, quienes extendieron mantas que decían “Sin justicia, no hay futuro” — que la reforma del PJF se trata en realidad de “una venganza del presidente López Obrador contra un Poder Judicial que no se dobló ni se agachó, y que le puso límites al Poder Ejecutivo. Atreverse a decirle que no es el gran pecado del Poder Judicial”.
El priista Jérico Abramo, insistió en los daños que tendrá la aprobación de esta reforma, con la pérdida de la autonomía judicial, el riesgo que implican las elecciones de los juzgadores por la probable intromisión del crimen organizado y la violación a las disposiciones establecidas en acuerdos internacionales. En suma porque se van a tener jueces a modo, jueces de consiga.
Los representantes del PT y el PVEM rechazaron la validez de los amparos concedidos por un par de jueces de distrito para evitar que se discuta la reforma al PJF, al tiempo que aseguraron que todos los señalamientos y posturas sobre el tema fueron escuchados, como lo demuestra el hecho de que se realizaron más de 100 modificaciones al dictamen original.
Al hablar a favor de la reforma, Ricardo Monreal Ávila, admitió que la reforma era una respuesta a las negativas que recibió las iniciativas que planteó el Jefe del Ejecutivo del Poder Judicial. Mientras exponía su argumento los panistas le volvieron la espalda.
“Se hizo por la intromisión grosera del Poder Judicial. El pueblo está harto de la dictadura de la toga y el birrete, de la corrupción y el nepotismo en el Poder Judicial, y por eso no vamos a titubear: vamos a ir a fondo con esta y todas las 20 reformas constitucionales” que propuso López Obrador el pasado 5 de febrero, dijo.
Al resaltar que les asiste la razón, recalcó que la iniciativa busca un cambio profundo en el sistema judicial del país, el también presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara recalcó: “una élite ilustrada juzgaba antes con criterios parciales y económicos; ahora, los jueces serán abogados mexicanos comunes, con sentido de respeto a los derechos humanos, pero también con percepción de la realidad social”.
Luego de la votación en general, se presentaron cerca de mil 600 reservas al dictamen, las cuales se compactaron a 68, por lo que se espera que el desahogo de las mismas.