«De vez en cuando la vida» (Joan Manuel Serrat)
Recientemente, participé en el Taller de Photoescénica con el fotógrafo, Eric Sánchez, ** en Michoacán. Desde Morelia, nos dirigimos hacia la comunidad de Santa Fe de la Laguna, en el municipio de Quiroga, asentamiento purépecha, donde el tiempo se ha congelado para tipificar su lenguaje, el trabajo artesanal y sus costumbres sociales.
La travesía serpentea el lago de Pátzcuaro. La mirada sorprendida y desconcertada se va adaptando al paisaje imponente. Los colores se confunden entre el verde de la vegetación y el azul del cielo que se va mezclando con los grises de una neblina lejana que destella en el lago. La belleza del paisaje obliga a los fotógrafos a acomodar sus sentidos. La ciudad, y sus colores, palidece frente a la mirada curiosa, expectante y precisa.
El propósito del taller consiste en abordar tres ramas de la fotografía: la documental, la fotografía de la naturaleza y la fotografía escénica. Cada una de estas ramas de la fotografía requiere de ambientes particulares, de diversos santuarios, y eso es lo que encontré en Michoacán.
Nos detuvimos en Capula de Dolores una tenencia dedicada a la artesanía de las catrinas de barro. Ahí conocimos a Christopher con quien comenzó la aventura de la fotografía documental. Él estudió física matemática, pero al encontrar una vacante en el taller de Miguel Ángel Torres y de su esposa Adriana Cortés, optó por ocupar el puesto de aprendiz. La razón de su elección consiste en su gusto por mantener las tradiciones artísticas y en la diversidad y creatividad que encuentra en la transformación del barro en cada una de las esculturas. Cada catrina lo inspira para ensayar nuevas combinaciones de colores y decidir el gesto para cada representación.
Christopher nos platica algo de la historia del taller y de la llegada de la artesanía de las catrinas a Capula. Juan Álvaro de la Cruz, propietario del taller junto con su esposa, aprendió con su cuñado, Álvaro de la Cruz, quien fue discípulo del Maestro Juan Torres Calderón.
Juan Torres rindió homenaje a Diego Rivera, quien bautizó como “La Catrina” a la cabeza y rostro que fue creación del grabador mexicano José Guadalupe Posada, pero Torres Calderón amplió el concepto de Catrina para llevarlo de la representación gráfica a la escultura.
Gracias al talento y tenacidad del Maestro, Juan Torres, Capula es la capital mundial de la «Catrina.» Alrededor del cincuenta por ciento de la población de artesanos que viven en la tenencia moreliana subsisten gracias a la producción y venta de las figurillas de barro con reconocimiento internacional. Después de tomar algunas fotos, dejamos este artístico lugar.
Llegamos a comer a la cocina de Rosalba Morales Bartolo. Ella es una cocinera tradicional purépecha, originaria de San Jerónimo Purenchécuaro. Al llegar a su casa, ella nos recibe con la amplia sonrisa que ocupa la mayor parte de su cara y nos invita a entrar a su santuario culinario. En el comedor roba la escena el fogón de leña mientras que se palmean y cuecen las tortillas de maíz calientitas.
Antes de disfrutar de la comida, Rosalba nos propone salir a su patio para apreciar la arboleda que ha plantado, poco a poco. Olimos el perfume de los limones frescos y los higos. El agua sabores se prepara con agua de manantial. No faltan en su patio las hierbas aromáticas que generosas perfuman los ricos platillos. Para abrir boca como se suele decir, ella nos ofrece un taquito de charales con una salsa roja con zarzamoras. Terminamos la comida con un rico postre y un café de olla bastante azucarado.
La actitud de Rosalba es amable y positiva. Con su inconfundible fisonomía purépecha que expresa beneplácito luce una blusa con flores bordadas y una falda azul con encaje. Su cabello se peina de forma tradicional. Ella ha ganado una certificación de Maestra cocinera tradicional. Con las habilidades emprendedoras que ha desarrollado, atrae a grupos de turistas para que lleguen a comer a su casa. Los hace sentir muy bien recibidos. La motivación y el deseo de superación ha estado siempre presente ante todas las situaciones de su vida incluso las adversas, porque no todo ha sido miel sobre hojuelas. ¡Ella ha luchado por llegar al lugar que ahora tiene! «De comer nunca nos faltó porque había mucho pescado blanco, pero nada más». Al final tomamos fotos para documentar la visita y conservar el recuerdo de este lindo momento del recorrido fotográfico.
Tomamos camino para llegar al atardecer al santuario de las Garzas en la Isla Yunuen.
Para llegar a la isla, el traslado es en lancha desde el muelle de Ucazanaztacua. Mientras llegaba la lancha nos dedicamos a tomar y tomar fotos del lago para captar los colores del atardecer.
Entramos así al segundo momento del curso que es la fotografía de la naturaleza. A diferencia de la fotografía documental, está rama de la fotografía requiere contar con el equipo necesario para acercar lo lejano y del manejo técnico de la cámara.
Para mirar el avistamiento de las aves es necesario levantarse muy temprano y esperar pacientemente el momento fotográfico fugaz. Se requiere de un lente telefoto y un tripie. Además, son necesarias las cualidades del fotógrafo: paciencia, concentración y precisión para obtener una buena fotografía. Todo esfuerzo vale la pena frente al enorme espectáculo de la naturaleza.
Al siguiente día, dejamos la Isla de Yunuen y de camino a Morelia paramos por Pátzcuaro, la joya de Michoacán. Con sus hermosos tejados color naranja y su carácter colonial, el lugar ofrece paisajes maravillosos a los fotógrafos.
De vuelta a Morelia y para finalizar el curso con el plato fuerte fuimos al espectáculo de danza en el foro Eco. Sandra Soto Regalado es bailarina de danza Butoh desde hace al menos veinte años. Ella vivió en Japón y en Francia y hoy nos deleita con este espectáculo gracias a una beca que obtuvo para promocionar su arte. La danza Butoh surgió en Japón después de la Segunda Guerra Mundial como una reacción a la devastación provocada por las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Esta danza es conocida como la danza de la oscuridad o de las sombras. La danza Butoh es un lamento bailado, un retorcerse en nuestra condición humana. Una de las referencias visuales de sus creadores fueron los cuerpos medio muertos que se arrastraban entre los escombros tras la detonación de la bomba nuclear de Hiroshima.
El espectáculo de danza Butoh con Sandra Soto Regalado fue absolutamente mágico. La música de Viví, @vivi.000, la acompaña sutilmente y armoniza con los finos movimientos de la bailarina, a tal grado que el espectador los percibe fusionados. Sería difícil pensarlos por separado.
La fotografía escénica es un género cultivado por muchos fotógrafos, entre ellos, el fotógrafo, Eric Sánchez, quien nos recuerda que la fotografía es dibujar con luz, también una fotografía es una coreografía porque capta los puntos trágicos, de tristeza y los momentos cálidos. Así, la fotografía es como un escenario y puede llegar a tener escenas de paisaje.
Al intentar narrar esta experiencia fotográfica me viene a la mente la canción de Joan Manuel Serrat, De vez en cuando la vida.
*Zakie Smeke, Doctora en filosofía política, maestra en periodismo y psicoanalista.
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