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Para algunos será comercio, en estricto sentido.

Pero no se practica como ahora se cuestiona a la maestra Martha Rodríguez Ortiz, prolífica tutora en la Facultad de Estudios Superiores Aragón (FES Aragón).

En el curso de años por sus manos han pasado 499 trabajos de aspirantes a titularse, según el repositorio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los investigadores han encontrado evidentes similitudes entre ellas –“alto nivel de coincidencias”, le dicen en el argot universitario- y eso genera muchas sospechas.

Su caso está bajo investigación del Comité de Integridad Académica y Científica de la FES Aragón y todos esperamos con avidez el resultado definitivo.

Pero no es la constante, decíamos.

En diálogo con múltiples maestros de la mayor universidad pública de México es posible describir una práctica relativamente frecuente pero no tan nociva como las copias de tesis al carbón.

Se les auxilia con recomendaciones, con clases especiales a alumnos rezagados, con asesorías sobre títulos y hasta con trabajos para acreditar conocimientos.

CLASES EXTRA AULAS

Pongamos un caso como ejemplo.

Algún alumno ingresó a principios de los setenta a estudiar en la Facultad de Ciencias Políticas y desde el principio tuvo problemas para aprobar varias materias.

Las más difíciles para él eran matemáticas y economía, circunstancia por la cual acumuló rezagos en el resto de sus años de carrera.

Cuando debió haber terminado, oficialmente tenía más de una decena de materias pendientes de aprobar: cuatro en administración y las restantes de otras materias.

Algún amigo suyo, digamos Enrique González Pedrero, intervino en su favor y habló con varios maestros para recomendar a ese alumno y pedirles trato especial.

-Se trata guiarlo con mucho cuidado. Lo estimo mucho y le agradeceré su ayuda -le dijo a uno de esos académicos, para esta historia identificado con el apellido ficticio de Angoitia,

Él y los demás lo hicieron.

Con un padrino así, lo demás era natural: lo llevaron de la mano, materia por materia, hasta poner punto final y titularlo 14 años después de iniciada la carrera.

¿Alguna ilegalidad?

-Ninguna -al decir de dos de sus tutores-, porque se le enseñó, estudió, aprendió y al final acreditó los conocimientos necesarios para ejercer.

TRATO A DEPORTISTAS

¿Caso único?

Tampoco.

Este tipo de orientación o clases extra universitarias son frecuentes con deportistas como Hugo Sánchez, Miguel Mejía Barón y muchos más.

En esos casos hay una justificación, me dice Angoitia:

-Es merecido. Si entrenan desde las once de la mañana hasta las cinco de la tarde, ¿a qué horas estudian?

Además, acota, “no puede decirse que ignoren las materias ni que se les regalen los títulos, sino que reciben apoyos especiales… Una especie de beca por ser deportistas de alto rendimiento”.

En consonancia con este dicho va la advertencia del rector Enrique Graue, quien promete no torcer la decisión universitaria:

“…en mi calidad de Rector, no acepto que derivado de disputas ajenas se vulnere el prestigio y la honorabilidad de la Universidad”.