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El gobierno federal se equivoca al festejar que las tres grandes calificadoras de inversión, Moody`s, Fitch Ratings y Standard and Poor´s, mantienen sus calificaciones dentro del grado de inversión, al no tomar en cuenta algunos puntos que señalan como de cuidado o de lo contrario puede perderse este grado y entonces caer en la situación económica denominada como papel basura.

Explicamos, las tres calificadoras tomaron en cuenta que durante el tiempo de mayor presión de salud por la pandemia de covid-19 y el confinamiento que significo el cierre de los sectores productivos, el gobierno de López Obrador no aplicó recursos extraordinarios para fortalecer estos sectores y únicamente esperaron que aquellas empresas que no pudieron soportar estos meses intensos cerraran sus puertas y arrojaran a mucha gente al desempleo e informalidad.

El premio de esto fue que al no aplicar recursos y por tanto no acudir a organismos financieros internacionales a pedir recursos, medida que cualquier gobierno llamado neoliberal realizo como lo ha sido Estados Unidos, mantuvo la nota crediticia de estas firmas calificadoras se mantuvo en estable, pero con riesgo.

Por ello López obrador, Arturo Herrera, secretario de Hacienda y el subsecretario Gabriel Yorio, han festejado esta calificación, sin tomar en cuenta que fue a costa de toda la gente que, repito, perdió su empleo y se mantiene en la calle en busca de uno o se incorporó a las filas de la informalidad, para tratar de sobrevivir esta crisis económica que no terminara hasta el 2024.

Esto significa que López Obrador asumió una actitud mezquina de dejar a su suerte a medianos, pequeños y microempresarios y sus trabajadores con el objetivo de mantener cuentas públicas aparentemente sanas, algo que los neoliberales aplauden, pero aumento la pobreza de la población, contrario al objetivo que presento como su eje principal trabajar a favor de los pobres.

Sin embargo, deberá tomar en cuenta las advertencias que hacen las calificadoras para mantener este grado de inversión, como lo es que empresas como Pemex, siguen siendo calificadas como chatarra, ya que en lo que va de la presente administración se le ha inyectado una gran cantidad de recursos y se ha mostrado como un barril sin fondo, por lo que Pemex no es confiable para inversión, y si representa un riesgo para las cuentas públicas de México. Esto es un golpe al ego de López Obrador que sigue pensando que Pemex puede ser la empresa salvadora del país.

Lo que no gusta a las calificadoras es que en México se siga pensando que un sector monopolizado por el gobierno será un factor de crecimiento y desarrollo, pero también el hecho de que se vuelva a cerrar la participación de inversión privada en el sector energético como ocurre en la generación de energía eléctrica, donde se ha tratado de eliminar los contratos con empresas privadas.

Otro factor que determinan las calificadoras como de riesgo es la desaparición o restar autonomía a organismos que supervisen el uso de recursos públicos por parte del gobierno federal, lo que hasta ahora ha intentado hacer López Obrador.

Pero lo más preocupante es la debilidad de gobernanza que se sigue presentando en el país, donde el crimen organizado ha empezado a mostrar su fuerza y han sido factor determinante para determinar los resultados electorales en muchas entidades y municipios de México.

De no recomponer estos puntos de preocupación, es probable que en el corto plazo México pierda su grado de inversión y con ello la posibilidad de atraer inversiones para el crecimiento económico que tanto se espera superior al 5 por ciento.

Aunque aquí debemos destacar que existen puntos positivos para el país, es el resultado democrático y plural en la cámara de diputaos que aun cuando exista una mayoría simple por parte del partido de cual emano López Obrador, no tiene la mayoría calificada que permita aprobar iniciativas o reformas de ley que no favorezcan al país.

Además de que también piensan que el T-MEC, tratado comercial, le permitirá a México un repunte económico arrastrado principalmente por el crecimiento de la economía de Estados Unidos.

Sin embargo, de no recomponer la política pública establecida en el país, México podría perder el grado de inversión, por ello es importante que López Obrador y su equipo se pongan a pensar cuál será el rumbo a seguir en la segunda parte de su mandato.