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El gobierno federal irá a fondo en la investigación del crimen contra dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua, pues “es sospechoso” que el hombre identificado como el agresor –José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, llevara una vida normal en la región, lo que apunta a una posible protección de autoridades, señaló el mandatario Andrés Manuel López Obrador.

Desde el salón Tesorería, el Jefe del Ejecutivo, dejo en claro que no habrá un cambio de estrategia en materia de seguridad e insistió que se seguirá atendiendo las causas de la corrupción, impunidad y violencia.

En su conferencia mostró el mensaje que el Papa Francisco difundió sobre el crimen de los jesuitas, en el que rechaza que la violencia sea el camino para combatir la violencia, y en lo cual coincide con el Vicario de Cristo.

Ante los señalamientos de que ahora hay más asesinatos que con Felipe Calderón, dijo que sí, pero “nosotros recibimos los homicidios hasta la punta, hasta mero arriba, y Calderón no recibió así el país, él lo llevó arriba y todavía en el gobierno pasado le subieron más”.

Aseguró también que falsificaban información sobre este tema, al tiempo que mostró una gráfica con la incidencia de homicidios en el país.

Al mostrar el comparativo de los homicidios entre su sexenio y los anteriores, subrayó que se logró una contención y una pequeña disminución en este delito, aunque no como se quisiera.

Cuestionó también si en el periodo de Calderón Hinojosa el asesinato de mujeres se clasificaba como feminicidio.

Mostró el índice de letalidad de las Fuerzas Armadas durante el gobierno de Felipe Calderón. Dijo que en 2011 se presentaron mil 76 enfrentamientos, en los que resultaron mil 127 heridos y detenidos, así como mil 412 civiles fallecidos.

En ese contexto, López Obrador acusó que “con cinismo” y “cretinismo” lo critican.