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>> La presidenta de la Mesa Directiva, diputada Marcela Guerra, reconoció el compromiso del legislador con las causas sociales

La diputada Marcela Guerra Castillo, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, encabezó la ceremonia de develación de la placa en honor al diputado Augusto Gómez Villanueva (PRI), en un homenaje que le rindió el grupo parlamentario del PRI “Miguel Ramos Arizpe”, de la LXV Legislatura.

La legisladora resaltó que la trayectoria de Gómez Villanueva es excepcional no solo por su amplitud, que abarca varios lustros de la historia patria, sino también por su compromiso con las más sensibles causas sociales y por el profundo conocimiento de los procesos políticos que han marcado el devenir de nuestro país.

Expresó que, en su carrera legislativa, el diputado siempre ha tenido el afán de construir puentes de entendimiento entre las diversas fuerzas y corrientes, a partir del gran acervo de relaciones y amistades que ha consolidado y de su indudable oficio político, “el cual conocemos y también nos ha beneficiado a todos con sus enseñanzas”.

Reconoció que el oriundo de Aguascalientes es un profundo conocedor de la vida parlamentaria, de la tarea partidista y de la labor diplomática y “ha dejado testimonio escrito de sus reflexiones y contribuciones, siempre convencido de la necesidad de documentar experiencias, reflexiones, todas como instrumentos estratégicos para enriquecer la actividad política”.

Indicó que don Augusto es hijo de un ferrocarrilero con identidad indígena que sabía hablar zapoteco, “probablemente de ahí emanó su apego a la tierra, a su cultura nacionalista y proclividad a los movimientos sociales que, por la línea paterna, conoció por la vertiente del sindicalismo ferrocarrilero”.

Recordó que su hambre de conocimiento y deseo de formación, llevaron a Gómez Villanueva al Colegio Militar y a la Universidad Nacional Autónoma de México, donde coincidió con grandes figuras de la historia política, como Porfirio Muñoz Ledo, Miguel de la Madrid Hurtado, Jorge de la Vega Domínguez, Enrique Álvarez Ordoñez e Ifigenia Martínez.

Incursionó en el servicio público y en la política al ser secretario particular del entonces gobernador de Aguascalientes, Enrique Olivares Santana, y unos años después, diputado federal en la Legislatura de 1964. Destacó por su pertenencia y militancia en el sector agrario, donde impulsó un histórico reparto que lo llevó a consolidar la estructura de la propiedad ejidal.

En la década de 1970 fue designado embajador en Italia, y después, como embajador en Nicaragua, fue pieza fundamental para la exitosa labor diplomática de México a través del Grupo Contadora y de una tenaz lucha para construir la paz.

En su intervención, el diputado Augusto Gómez Villanueva agradeció el reconocimiento y expresó que, a sus 94 años, nunca se imaginó haber vivido el transitar de los grandes cambios del país.

Expuso que durante su paso como legislador ha presenciado álgidos momentos que han representado la transición de un sistema de partido mayoritario a la etapa donde ocupa una minoría parlamentaria, representada con serenidad y con la voz de la historia.

Remarcó que, frente a las batallas legislativas y electorales a las que se enfrentará México, el talento, la sabiduría, el compromiso son los valores que llevarán a la población mexicana por un mejor rumbo.

“La condición de esta histórica fracción priista se ganó por el ejemplo y la sabiduría de sus componentes el respeto y reconocimiento del presidente de nuestro partido Alejandro Moreno, que nunca nos abandonó y estuvo siempre a nuestro lado con nuestro querido coordinador, Rubén Moreira y nuestra secretaria general, Carolina Viggiano”, remarcó el legislador.

“Es un honor poder compartir este reconocimiento en compañía de mis hijos, nietos y mi esposa Lupita, a quienes durante tanto tiempo les he robado las horas de convivencia, alegría familiar y noches que hemos dedicado a servir al país”, comentó.

El coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, diputado Rubén Ignacio Moreira Valdez, señaló que es un reconocimiento de todas y todos sus compañeros, pues referirse a Augusto Gómez Villanueva es hablar de la historia del país y de una persona honesta, trabajadora, nacionalista y un patriota. Resaltó que, como embajador en Nicaragua, fue tal su influencia y su capacidad de diálogo y el amor para Latinoamérica que era nombrado el “Décimo Comandante”.