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Sí, en efecto, MORENA cada día obtiene mayor poder. Esta situación no es más que una consecuencia del hartazgo de la ciudadanía con los partidos políticos tradicionales. Sí, se ha abusado del poder. Sí, se han ignorado los deseos de la ciudadanía. Sí, ha habido corrupción.

El actual presidente con su discurso opositor finalmente llegó al momento histórico adecuado para que su narrativa le pegara al 100%.

No obstante, el gobierno federal, conducido por el presidente y sus ocurrencias, literalmente ha venido destruyendo al país a pasos agigantados, con un pésimo gobierno, pésimamente administrado, con un gobierno de mentiras, de traiciones y de hipocresías, pero que sigue siendo aceptado, no por sus resultados, pero sí por su líder que estableció esa narrativa convincente, sencilla que va directamente al corazón o al hígado, que impulsa fuertemente a MORENA en los diferentes gobiernos estatales y municipales.

El resultado de lo anterior lo hemos vivido claramente en estas pasadas elecciones y lo continuaremos viviendo mientras el PAN, el PRI, el PRD y, eventualmente, Movimiento Ciudadano, generen la narrativa correcta y creen esperanza en la población para poder vencer a MORENA.

Independientemente del mal gobierno y sus pésimos resultados, el principal problema de fondo que actualmente tenemos es la colusión del gobierno con el crimen organizado que ha venido denunciándose desde hace tiempo, pero que, por la valentía de las declaraciones de Porfirio Muñoz Ledo, recientemente, se ha puesto en las primeras planas de los periódicos: “el presidente ha generado un narco gobierno”.

En efecto, no hay pruebas contundentes de ello, pero lo que sí hay, son fuertes indicios de esa realidad ¿Por qué el presidente ha visitado cuatro veces Badiraguato, cuna del Cartel de Sinaloa? Los múltiples testimonios de la intervención del crimen organizado en las elecciones del 2021. Y, sobre todo, la política de “abrazos, no balazos”, que viola flagrantemente la responsabilidad del gobierno de hacer cumplir la ley y presupone un gran delito de omisión de dejar a hacer y dejar pasar las múltiples acciones delictivas del crimen organizado que matan, desmiembran cuerpos, hieren gravemente a la población y atacan su libertad y patrimonio, atentando abiertamente en contra de la soberanía nacional, por muy mexicanos que sean estos delincuentes malparidos.

Pero ¿qué podemos hacer para revertir esta situación? Muchas cosas se pueden hacer, la principal de ellas es llamar a la gente a que acuda a votar. El gobierno de Morena no supera 1/3 de la población, electoralmente hablando.

Desde sus respectivas trincheras, es necesario que trabaje la sociedad civil arduamente en impulsar a los partidos de oposición a que cambien su forma de actuar, a que cambien a sus dirigentes de poco prestigio, a que abran las puertas a los ciudadanos de bien y no solo a sus incondicionales compinches, para que participen como sus candidatos a los múltiples puestos de elección popular, y que se reconviertan en una oportunidad de salvar al país del desastre que se avecina si llega a ganar MORENA de nueva cuenta la presidencia de la República. Porque con este maridaje con el crimen organizado, lo que nos espera en 2024 con la ratificación de MORENA, es la pérdida de nuestras libertades y el sojuzgamiento del país hacia políticas criminales con alcances geopolíticos.

No se podrá vencer a MORENA solo con buenas intenciones de los partidos de oposición, se necesita que dichos partidos tengan una profunda reconversión, y es misión de la sociedad civil presionarlos para que eso suceda. Es necesario que la gente sienta refugio en los partidos de oposición y no se sienta usada y manipulada por ellos, ya que sería regresar a lo mismo y eso nadie lo desea.

Eso es precisamente lo que no quiere la gente, pero, si continuamos con el abstencionismo, por una parte y el apoyo a MORENA, por la otra, se dará la “tormenta perfecta” para que MORENA ratifique su mandato para el 2024, con las consecuencia de hundirnos en el desgobierno y en la voluntad opresora de los narcos.
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Es responsabilidad de todos que comprendemos el desastre que eso significaría para nuestras vidas y las de nuestros hijos y nietos; para evitarlo, tenemos que ponernos a trabajar de inmediato.