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Durante una reunión de Nueva Izquierda, su dirigente Jesús Zambrano dijo que “el golpe de la realidad fue brutal” en la pasada elección y “aunque me duela decirlo, el PRD ya no existe”. Su ciclo, luego de 35 años, “se agotó drásticamente” y aunque señaló que siguen en la batalla jurídica por no perder el registro, trabajarán en la creación de otro partido político con un nuevo nombre y de corte socialdemócrata.

En esa reunión a la que acudieron integrantes de esa corriente Nueva Izquierda, mejor conocida como los Chuchos, para valorar el resultado de las elecciones, Zambrano insistió en que nunca pensó que tuvieran esos resultados, por lo que arrojaban las encuestas y “la ilusión óptica” de las plazas llenas y la marea rosa.

Sin embargo, reconoció “la mayoría social rechazó a Xóchitl (Gálvez) y a la coalición PRI-PAN-PRD. No nos tuvo confianza, no nos la ganamos” y, salvo en varias de las grandes urbes, solo 60 por ciento de la gente votó. “Y aún hay importantes sectores de clases medias, medias altas y hasta altas, votaron por Claudia Sheinbaum”.

Zambrano insistió en que debieron enfrentar “la estrategia de elección de Estado que se nos impuso en todo el país, logrando el objetivo obradorista de hacernos perder el registro legal”, pero esa estrategia “pudo golpear más al PRD que a los otros dos partidos de la coalición debido a nuestras debilidades estructurales que nunca pudimos superar, porque no tomamos a tiempo las decisiones radicales que urgían y cedimos a las presiones internas de las otras corrientes y hasta de compañeros de Nueva Izquierda”.

“Además, la gente apostó por lo tangible, por lo que le caía en la bolsa y que “se lo daba López Obrador”, quien expresamente colocó las elecciones como un referéndum sobre su gobierno”.

El líder de los Chuchos se quejó también de que se cometieron “múltiples errores en la coalición opositora”, ya que nunca hubo una estrategia de campaña discutida y acordada por los partidos y la representación de la sociedad civil. El “cuarto de guerra” funcionó sin coordinación con las dirigencias partidistas.

Denunció, asimismo, que a pesar de los “importantes recursos financieros aportados a la campaña presidencial, salvo excepciones, la propaganda de las y los candidatos no incorporaron la imagen de Xóchitl Gálvez (como sí lo hizo la candidata oficialista)” y el diseño de sus giras no se decidió con las direcciones de PRI, PAN y PRD.

“Además, nunca quedó claro cuál era el perfil de Xóchitl, qué representaba, qué ofrecía, dicho sea sin menoscabo de su capacidad y de sus invaluables y extraordinarios esfuerzos como candidata mujer”.

A las críticas que ha recibido de muchos perredistas de que fue un error ir en alianza y que “mejor hubiéramos ido solos como PRD”, les respondió que no es cierto, lo muestran los resultados en Baja California, Tabasco, Yucatán y Tamaulipas, en contraste con Michoacán donde sí ganamos importantes municipios yendo solos”.

Se quejó también de que en Tabasco, su candidato a gobernador se fue al tercer lugar, mientras que la candidata PRI-PAN, partidos que tienen escasa presencia en el estado, quedó en segundo.

Lo que es claro, reconoció, es que “el ciclo del PRD, que ya se venía cerrando, se agotó tan drásticamente que hasta nos encontramos en el riesgo de perder el registro legal al no haber alcanzado el tres por ciento de la votación válida emitida, aun cuando seguimos dando la batalla jurídica.

“Ni los votos ofrecidos por la “marea rosa”, ni el llamado de personalidades de la intelectualidad mexicana a votar por el PRD nos permitió salir avante. El PRD, pues, ya no es opción nacional para la sociedad actual”.

Ante esa inminencia, Zambrano anunció: “Debemos reinventarnos, ir al encuentro de todos los liderazgos y fuerzas importantes de la sociedad con quienes coincidimos en este proceso electoral para junto con ellos construir una nueva fuerza política progresista de corte socialdemócrata, que diseñe su propio programa, un nuevo perfil, nuevos esquemas organizativos y, de perder el PRD el actual registro, trabajar por el registro legal de un nuevo partido, con un nuevo nombre, dejando atrás las prácticas y vicios que provocaron estos resultados”.

Ofreció el poco capital político que les queda: el PRD, sostuvo, “ logró importantes votaciones que lo colocan en 13 o 14 estados de la república arriba del tres por ciento, con una buena cantidad de importantes municipios conquistados, dos senadurías de primera minoría (Michoacán y Tabasco) y una diputación federal en la Ciudad de México.

Al final, el anuncio y el mea culpa: “Me duele decirlo, pero me toca decirlo: ¡ya no existe más el PRD que con el registro original del PCM, PSUM y PMS, fruto de gloriosas batallas y múltiples sacrificios, construimos hace 35 años! Pero sigue vivo el entusiasmo y la convicción de seguir luchando por una democracia hoy amenazada”.

Con información del periódico La Jornada