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Con la aprobación de la Ley de Ingresos, por parte de Morena y sus partidos aliados, donde se incluye un déficit de 4.9 por ciento, que en realidad se ubicará en 5.4 por ciento del Producto Interno Bruto si consideramos los requerimientos financieros del sector público y que posiblemente sea aprobado sin modificaciones esta semana en el Senado esta ley, dará paso al llamado “año de Hidalgo”, es decir, no solo se gastaran 9 billones de pesos sino se accederá a obtener prestamos cercanos a 2 billones para que se puedan concluir las obras de la presente administración que no darán una utilidad pública en el mediano plazo a favor de la población.

Aun cuando hubo modificaciones, como el no aprobar el incremento que se pretendía hacer a los intereses generados por las cuentas de ahorro, se aprobó que PEMEX solo pague a la Federación por Derechos de Utilidad Compartida (DUC), únicamente el 30 por ciento, esto significa un subsidio encubierto del 10 por ciento. Se supone que el destino de ese 10 por ciento estará encaminado a fortalecer las finanzas de la empresa, pero surgen muchas dudas de si en verdad así será, lo malo es que se reduce el monto de recursos que se otorgan a los estados de parte de PEMEX.

La aprobación del endeudamiento, que repito es cercana a los 2 billones de pesos, es mucho mayor al que se necesita para acabar las megaobras, Por tanto, es innecesario endeudar al país por varios años, sino se sabe con certeza donde se utilizaran esos recursos.
Pero, repito, como entraremos en el año de Hidalgo, esos recursos servirán para crear el “cochinito” que permita aplicar recursos a las campañas electorales, por tanto el endeudamiento no será de utilidad publica y solo servirá para que se ganen elecciones o para engordar bolsillos de algunas personas.

Esto rompe con la política de “Austeridad y Ahorro” que pregona esta administración, porque mientras el gobierno gasta a manos llenas para la construcción de sus obras y “saludar con sombrero ajeno” la entrega de apoyos sociales, muchos mexicanos ven como sus ingresos cada vez son mas raquíticos para la compra de alimentos, y cada vez mas lejana la compra de medicamentos necesarios.

Todo esto nos muestra que este gobierno terminó siendo peor que los anteriores. Porque no hubo crecimiento económico del país, y si bien nos va el promedio será de un punto porcentual. No se creo riqueza para obtener mayores recursos a través de la recaudación y con ello financiar los gastos del gobierno, sino se recurrirá al endeudamiento. Esto trae como consecuencia un debilitamiento de los sectores productivos, una menor recaudación fiscal, la falta de creación de empleos formales de calidad y sobre todo el incremento de la pobreza en México.

Además, otros males colaterales, un alto índice de inseguridad y de corrupción que pernea aun en el gobierno federal.

Si esto es lo que ofrece la continuidad, más vale pensar dos veces nuestro voto.