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ESTIRA Y AFLOJA

El informe de la empresa SGS de México sobre la calidad de los materiales en las vías de la L12 del Metro también fue entregado al entonces contralor interno del Distrito Federal, Hiram Almeida. Ahí leyó que los niveles de peraltes y trochas en las 19 curvas analizadas de radio menor a 300 metros no cumplieron con las normas Covitur NRV0200 y NRV02001; las trochas se refieren al ancho de vía y los peraltes son los ángulos de inclinación de las vías para evitar el desgaste e incluso roturas del carril, la inestabilidad del tren e incomodidad de los pasajeros.

Se entregaron 28 conclusiones: en cuatro los peraltes no cumplen los lineamientos y en 24 las trochas. En el intertramo de las vías de la cola de Tláhuac a la Estación Tláhuac se encontraron las deficiencias en la normativa para los valores de peralte. Para las trochas, el incumplimiento a la normativa de tolerancia se dio en los tramos de Tláhuac-Tlaltengo, Tlaltengo-Zapotitlán, Zapotitlán-Nopalera, Tezonco-Periférico, Periférico-Calle 11, Lomas Estrellas-San Andrés Tomatlán, San Andrés Tomatlán-Culhuacán y Culhuacán-Atlalilco.

El daño en las vías se basó en los ensayos metalúrgicos en laboratorio y la medición y evaluación de perfiles en ruedas y rieles. Se aceptó la conclusión en SGS de que la causa más probable del desgaste excesivo en las ruedas de los trenes fue “la inadecuada capacidad de curvatura de los vehículos, en otras palabras, la incapacidad de girar y tomar las curvas con facilidad”.

La razón más probable es “una combinación del perfil rueda-riel muy desfavorable”, y una “alta resistencia a la rotación de los bogies (incapacidad de girar en las curvas) que conduce a altas fuerzas de contacto. En conjunto con la combinación inadecuada de perfiles daría lugar a un desgaste severo de la rueda. Esta presunción tiene que ser confirmada aún con estudios adicionales”.

Por cierto, los resultados también revelaron que los durmientes de concreto y madera para soportar los rieles fueron defectuosos. En los de concreto se estableció que “la gran variabilidad en el contenido total de aire en los concretos y los contenidos totales de cemento de todos los núcleos evaluados son debido probablemente a prácticas de construcción cuestionables y/o mínimo control de calidad en la fabricación de las piezas. Los durmientes tipo PRET evaluados presentan contenidos de cemento que pudieran haber conducido a la formación de grietas por daño térmico desde su fabricación; fallaron además la prueba de flexiones por la aparición de grietas. Los durmientes tipo ITISA tienen alambre usado en el postensado que no cumple con la resistencia a la ruptura requerida. Tres de cuatro durmientes de madera presentaron características dimensionales y grietas que rebasan los límites permitidos en los requerimientos”.

jesus.rangel@milenio.com