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En general, las cicatrices no desaparecen, sobre todo aquellas provocadas por seres a quienes considerábamos cercanos, aliados; en quienes depositamos nuestra confianza y que en un tris olvidaron sus lazos con nosotros para dar un certero golpe que a la postre imprimió una marca indeleble, a veces en el cuerpo, pero sobre todo en la mente, en el alma y en el corazón.

Dos prominentes mujeres que pareciera se encuentran en la cúspide de sus carreras públicas han sido socavadas en su ego, pero sobre todo en sus ambiciones políticas, al ser magulladas por personajes con quienes compartían “estirpe morena”, esa que emana desde los estigmas de su mesías y que fue trasfundida a los gentiles para que hicieran de la Cuarta Transformación una doctrina casi enceguecedora.

Los pleitos fraternos, esos que involucran a hermanos de sangre, son algo común en cualquier familia. Sin embargo, en algunos casos, estas peleas se convierten en disputas históricas interminables.

Una de las peleas legendarias más conocidas entre hermanos es la de Caín y Abel en la Biblia. Según el relato, Caín se enojó con Abel porque Dios prefirió la ofrenda de Abel en lugar de la suya. Caín mató a Abel en un arrebato de ira y se convirtió en el primer asesino registrado en la historia.

Otra famosa pelea entre hermanos es la de Jacob y Esaú. Según el Antiguo Testamento, Jacob engañó a su hermano Esaú para que le vendiera su derecho de primogenitura por un plato de lentejas. Luego, Jacob también recibió la bendición de su padre Isaac, que Esaú esperaba recibir. Esaú estaba tan enojado que juró matar a Jacob, y los dos hermanos se separaron por muchos años antes de finalmente reconciliarse.

En la historia moderna, una de las peleas entre hermanos más famosas es la de los hermanos Wright, Orville y Wilbur. Ambos trabajaron juntos para inventar el primer avión. Sin embargo, después de que se logró el éxito, Wilbur se enojó con Orville porque creía que su consaguíneo tomaba demasiado crédito por el trabajo. El amargo disgusto entre Orville y Wilbur prevaleció por años hasta que hicieron “las paces” poco tiempo antes del fallecimiento de Wilbur en 1912.

Otro ejemplo es la pelea entre los hermanos Gallagher, Liam y Noel, líderes de la famosa banda Oasis. Tras una relación tensa, dramática, casi épica, que se forjó durante su momento de mayor fama, la enemistad entre ambos se agudizó hasta el punto de que Liam golpeó a Noel con una guitarra durante una gira en 2009. La banda se separó después de ese incidente y los hermanos han continuado su pelea pública desde entonces.

Pareciera entonces que las peleas entre hermanos son algo común en muchas familias, pero algunas de ellas se convierten en disputas históricas que duran mucho tiempo. Ya sea en la Biblia, en la era moderna o en cualquier otra parte, estas camorras demuestran que incluso los lazos familiares más fuertes pueden ser desafiados por el orgullo, los celos y alguno que otro factor emocional.

Hoy la gobernadora de Campeche Layda Sansores, y la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, seguramente “lamen sus heridas” en la intimidad. La primera luego de que fuera evidenciada por su correligionaria Marcela Fuentes (diputada de Morena en la Ciudad de México) de ser responsable de un millonario desfalco y la segunda tras ser denunciada por legisladores de su propio partido por realizar actos anticipados de campaña.

En el caso de la también protagonista de los conocidos “Martes del Jaguar” los diputados de Morena en el Congreso de Ciudad de México, encabezados por Marcela fuentes, propusieron la comparecencia de la alcaldesa en Álvaro Obregón, Lía Limón, por supuestas irregularidades en contratos con la empresa ABC Estudio, pero los hechos ocurrieron cuando Layda Sansores, militante de Morena, aún era la alcaldesa de esa demarcación, que dejó al descubierto un millonario desvío en el que estaría involucrada la actual gobernadora de Campeche. Así la política que ha dedicado gran parte de su administración para lanzar ataques contra sus adveresarios fue puesta en el patíbulo por sus propios correligionarios.

Claudia Sheinbaum tampoco la está pasando bien. Y es que sus “hermanos de partido” se quejaron de ella. La senadora de Morena, Martha Lucía Micher; el diputado Emmanuel Reyes, y Carlos Palacios presentaron una querella contra jefa de Gobierno de la Ciudad de México ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de partido fundado por Andrés Manuel López Obrador.

“También hemos incorporado en la queja la utilización de la publicación del Periódico Regeneración de Ciudad de México para difundir propaganda al interior de los estados en nuestro país”, publicó Micher en sus redes sociales.

Emmanuel Reyes, quien en su descripción de Twitter se autodenomina como “Ebradorista”, señaló que les preocupa el posible uso de los recursos para promoción personal de Claudia Sheinbaum para el proceso interno de la encuesta para la candidatura presidencial de 2024.

Por su parte, Carlos Palacios, integrante del movimiento interno de Morena “Con Marcelo sí”, corriente dedicada a promocionar a nivel nacional al secretario de Relaciones Exteriores rumbo a la encuesta interna, escribió que “la congruencia es la base en la que por años nuestro movimiento ha sostenido nuestros principios, ¡los defenderemos con todo y por el bien de todos!”.

Sin duda los pleitos entre familia son una situación dolorosa y estresante que pueden ocurrir en cualquier momento en la vida. Estas disputas pueden involucrar a padres e hijos, hermanos, abuelos, tíos, primos, y cualquier otro miembro de la familia. Los desacuerdos pueden ser por diferentes razones, incluyendo diferencias de opinión, conflictos financieros, luchas por la propiedad, y otros temas sensibles como, por ejemplo, una candidatura.

En muchos casos, los pleitos entre familia pueden comenzar por una pequeña diferencia de opinión que, con el tiempo, se convierte en una gran discusión. A menudo, estos conflictos se complican aún más por los sentimientos personales que se involucran, lo que puede llevar a un aumento en la intensidad y la duración de la disputa.

Una de las causas más comunes de los pleitos entre familia son las discusiones sobre herencias, propiedades, puestos políticos, candidaturas y la distribución de bienes, peleas que pueden causar mucha tensión y estrés.

Por si fuera poco expertos en el tema aseguran que una de las causas más comunes de los pleitos entre familia son los desacuerdos sobre la atención y cuidado de los adultos mayores, sobre todo aquellos que ya significan una pesada carga.

Y entonces, ¿quién cuidará al anciano?, se han de preguntar en Morena.