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Lo peor del debate entre las candidatas a la gubernatura del Estado de México no fue Delfina Gómez y toda la cola que arrastra por sus actos de corrupción confirmados y otros por confirmar; tampoco fue Alejandra del Moral y su falta de respuestas contundentes ante el crecimiento desorbitado de feminicidios en la entidad; tampoco Ana Paula Ordorica, que en más de una ocasión se convirtió en una palera más de la candidata de Morena. No, señoras y señores, ¡lo peor fue que en el debate no hubo debate!

El Instituto Electoral del Estado de México demostró que, o no sabe cómo hacer un debate o no quiso que hubiera un debate y con ello levantó suspicacias sobre si se trató de un ejercicio hecho a modo de la ex secretaria de Educación Pública y expresidenta Municipal de Texcoco, acusada de ser responsable de “irregularidades” por más de 830 millones de pesos de la SEP, y que fue encontrada culpable de “rasurar” la nómina de los trabajadores de Texcoco cuando estuvo a cargo del ayuntamiento.

Las sospechas de la complicidad entre el IEEM y Delfina crecieron cuando, en la transmisión por redes sociales que llevaba varios minutos de “delay” en comparación con la versión televisada, los “administradores” de las cuentas del Instituto Electoral decidieron inhabilitar los comentarios en el chat en youtube. “Les molesta a los chairines que seamos mayoría los que comentamos. ¿Libertad de expresión? ¿On´tá?” preguntó la usuaria identificada como “Dra. Mercedes Pavón supermuelita fifí”.

Como ya era de esperarse, tanto Gómez como Del Moral no tardaron en proclamarse triunfadoras del debate. En realidad, no hubo una “ganadora”, eso se verá en las Urnas. En este ejercicio, la única perdedora fue Ana Paula Ordorica, acusada por los aliancistas de favorecer a Morena, mientras que los morenistas la tacharon como “fiel derechista” porque a su juicio se dedicó a atacar a Delfina y a defender a su adversaria.

Pero más allá de dimes y diretes, lo verdaderamente lamentable fue el formato elegido. Parecía más una entrevista “conjunta”, donde Ana Paula preguntaba y las candidatas contestaban, sin ninguna posibilidad de que las candidatas pudieran interpelar a su adversaria. No dio la oportunidad de que ambas aspirantes contrastaran ideas, conceptos o propuestas. El IEEM obvió un pequeño detalle: el para qué están pensados los debates en un proceso electoral.

Los debates políticos son una parte importante del proceso democrático en muchos países alrededor del mundo. Y en teoría, deben estar pensados y organizados de tal forma que ofrezcan a los votantes la oportunidad de evaluar y comparar las posturas y políticas de los candidatos y partidos políticos en un ambiente público y transparente. Sin embargo, los debates políticos también pueden ser fuente de controversia y polarización, como ya lo vimos.

Un debate político es un evento en el que los candidatos o representantes de diferentes partidos políticos discuten e intercambian posturas sobre temas relevantes a la campaña electoral. Su objetivo es permitir que quienes aspiran a un puesto de elección popular expongan sus puntos de vista sobre los temas clave, como la economía, la educación, la atención médica, la seguridad, entre otros. También les da la oportunidad de comparar y contrastar sus posturas y políticas con las de sus oponentes.

Con el formato elegido para que las candidatas al gobierno del Estado de México, el IEEM ignoró que los debates políticos son importantes por varias razones. En primer lugar, porque deberían permitir que los votantes obtengan información crítica sobre las candidatas y sus propuestas. Se supone que al escuchar los puntos de vista sobre los temas clave, los votantes pueden tomar una decisión informada sobre a quién votar, y en este caso no ocurrió así.

En segundo lugar, porque los debates políticos deben promover la transparencia en el proceso democrático. En teoría se esperaba que las candidatas se vieran obligadas a responder preguntas difíciles y a justificar sus posturas y políticas y tampoco sucedió, porque el formato seleccionado no lo permitió.

El IEEM debería entender que los debates políticos son una oportunidad para que los candidatos demuestren sus habilidades de comunicación y liderazgo. Un candidato que pueda articular claramente su visión y persuadir a los votantes de su postura puede ser más efectivo en la implementación de políticas una vez en el cargo.

Sin duda, las autoridades electorales del Estado de México tienen un importante desafío para el próximo debate planeado para el 18 de mayo venidero. Uno de esos desafíos será la dificultad de mantener un ambiente civilizado y respetuoso no sólo entre las candidatas, sino entre las comitivas de cada una de ellas. Otro desafío importante es el sesgo y la manipulación que pudiera presentarse ¿o repetirse? Pues ya vimos que las y los moderadores pueden estar sesgados a favor de una candidata o partido político en particular, y pueden hacer preguntas que favorezcan a una u otra.

Pero el desafío más importante es que el IEEM implemente reglas claras y estrictas para el próximo encuentro entre las candidatas. Porque en éste, pareciera que no las hubo, como tampoco hubieron propuestas concretas, firmes, contundentes, ni ideas claras. Baste ver cómo cerraron cada una de las candidatas el debate referido:

“Las encuestas no votan”: Del Moral

“Vamos requetebien”: Delfina

La pregunta sería entonces: ¿Y el debate apá?